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ESCRITOR EN LAS MONTAÑAS

HISTORIA DE A DOS -ELLA

HISTORIA DE A DOS -ELLA

ELLA

La primera vez que le ví estaba sentado en un tocón en la playa. Miraba fijamente al mar, con los ojos algo entrecerrados. Al principio no le hice caso;yo estaba muy cansada después de un mes tan agotador de trabajo incesante con la galería; numerosos encargos de los que sólo yo debía y podía ocuparme, clientes que se quejaban de que sus óleos llegaban en mal estado...un desastre. Después de varios meses así, gracias a Raquel y Marta, dos compañeras de trabajo consiguieron que me olvidara del trabajo y me tomara un descanso; realmente casi firmaron por mí las tres semanas enteras que tendría por delante de vacaciones.

Mis abuelos eran de un pueblo de la Región, se llamaba Águilas. Yo había oído algunas veces su nombre y mis abuelos me habían hablado de él; me parecieron encantadores ciertos sitios, a ciertas horas del pueblo cuando fui con 17 años, y por ello decidí ir y tomarme esas vacaciones relajadas que tanto me apetecían tranquilamente escribiendo y leyendo bajo el sol, sin complicaciones ni largos viajes. Alquilé un amplio piso con vistas al mar, donde cada día por la mañana y por la noche sentía su brisa por los amplios ventanales. Me sentía muy cómoda ¡y pasé el primer día durmiendo! Me levanté a mediodía, hacía años que no me levantaba tan tarde...Fue entonces por la tarde cuando salí a darme un tranquilo paseo por  la playa de la Colonia. Todas las tardes comenzaba a salir y darme esos largos paseos, sentía mucho placer admirando la  belleza de la playa, y en ocasiones me bañaba sola, en la playa, y cuando anochecía lo hacía desnuda. Sabía que podía atraer a alguien, por eso lo hacía de noche...aunque, realmete, me resultaba excitante estar bañandome "delante del pueblo" sin nada de ropa...aunque lógicamente no me vieran, claro. Me gustaba sentir el frescor de las aguas en toda mi piel, mientras se reflejaban en mí todas las luces del paseo. Con el cuerpo "flotando" me dirigía a mi toalla recordando la tenue y voluble melodía de una canción de Mike Olfield. En esa ocasión, mientras salía y me cercioraba de que no hubiera nadie demasiado cerca me pareció ver una sombra que se retiraba, lo que deseché inmediatamente al enrollarme la toalla por el cuerpo.(Sentí cierto aire rebelde al pensar que fuera alguien) Me volví y observé de nuevo el horizonte, oscuro y silencioso que se extendía a lo lejos. Venía un suave céfiro y secándome me coloqué de nuevo mi holgado vestido blanco y me tumbé de nuevo en la toalla. Me sentía tan bien, ¡tan viva!sin preocupaciones...¡jamás me volvería a traer el móvil a la playa!

 Cerré los ojos y sentí el sonido de las palmeras mecerse por el viento. Comencé a relajarme y recordar mi trabajo, la universidad (¡madre mía, la universidad!), mi familia, mi hermana y mi hermano, del colegio...me acordé de mi primer medio novio...¡cuanto tiempo hacía de eso! ahora tenía las caderas enormes, estaba blanquísima, tenía manchas en la piel de los brazos (para las cuales me estaba poniendo una crema especial, aunque el dermatólogo me dijo que no eran peligrosas, pero quedan feísimas) y anteanoche al salir de la ducha me encontré un par de granos en la patilla derecha y la mejilla izquierda...sin embargo, me dí a pensar, a mis veintiséis años recién cumplidos tampoco estaba tan mal...el último hombre con el que estuve acabó largándose a Venezuela por un turbio "asunto de negocios" estaba genial pero resultó ser un orgulloso y detrás de su cuerpazo escultural no había nada; pensaba que en Atenas era donde estaban los canguros...Bah, lo conocí una noche cenando, pero estuvo dándome el follón, que mi piel por aquí, mi pelo por allá, mi carisma, mi ojos...cuando lo llamé amenazándolo para que no me volviera a llamar y me dejara tranquila, que no quería nada más de él, a los dos días le vi besándose con una ordinaria culona en el aeropuerto, cuando fui a recoger a Marta.

Me palpé las mejillas y me palpé mi larga cabellera (ahora fatal, después de bañarme); después de todo, parece que todavía estoy de buen ver, estoy bien formada, tengo lo mío en su sitio, unas formas generosas...¡vamos y tampoco paso inadvertida por la calle!-reí recordando un comentario de un amigo de trabajo-. No, de todas formas estaba cansada de los anuncios estúpidos que nos anunciaban productos de belleza a las mujeres, cansada de verlas cambiar su cuerpo, y algunas su mente para parecer bellas, de tantas pinturas y tantas apariencias...yo siempre me había senido distinta, pero no por orgullo, no me importaban las cosas que le importaban a las demás...siempre había sido sencilla con el maquillaje y las sombras; sin embargo conforme fui creciendo parecía que muchos chicos se me acercaban más a mí; al menos conmigo hablaban más que con las demás, bueno ´también a Marta, pero ella es inteligente  y tiene unos ojazos que parten el alma incluso a mí (de todas formas ella sabía como realzarlos). Pero no digo esto dándome el pisto, sino para indicar que era distinta y en ocasiones las chicas "físico" que me rodeaban me daban asco, o tal vez pena.

Por eso, por mi gusto por la playa y sus alrededores, aquella tarde me encontré con esa figura desconocida en la playa. Resultaba que mi rincón preferido donde colocar las cosas, la toalla y algo de fruta que me había traído estaba justo a pocos metros de él, apenas seis o siete. De todas formas no me importó, pero he de conceder que de vez en cuando le observaba, intrigada; pues no se veían muchos hombres como él, a esas horas, haciendo eso, así. Parecía disfrutar adormilado del fresco de la playa. En una ocasión quedé un rato fijándo en su ropa, por simple curiosidad, en cierto modo aburrida, aunque o descontenta. Vestía unos pantalones oscuros, largos, pero de verano de tejido fino y una camisa holgada. Pareció percatarse de mi examen, sacó una moneda del bolsillo sin inmutarse, lentamente y la lanzó al aire, yo por supuesto la seguí con la mirada, intrigada; así fue como caí en su trampa y mi mirada cayó justo en sus ojos, que me miraban, sorprendidos y joviales. Me dí un gran susto pues me miraba fijamente a los ojos, y realmente era atractivo y estaba cachas, el tio...mi aspecto debió de ser horrible, pues momentos antes me había bañado y, como estaba ansiosa por empezar mi colorada manzana no me percaté de que se transparentaría mi impúdica...e inexistente ropa interior. A mí realmente no me importaba que me viera (bueno, un poco sí, pero no me importaba tanto como lo que él pensara de mí. Igual pensaría que era una guarra o una descocada...) sino lo que pensara de mi entonces; además estaba con la boca llena, ¡que daba la casualidad que contenía en ese instante mayor cantidad de producto manzanal del que podía albergar!. Físicamente no me inmuté, pero todo lo pensé (la velocidad mental de las mujeres...) y reaccioné manteniendo la mirada y respondiendo a su provocación, medio atragantándome, que lo sentía, e intentando formar una sonrisa pícara (que más que una sonrisa debió parecer una mueca retorcida para asustar a un niño...).

-No pasa nada, mujer-volvió la mirada hacia el mar, como formulando su siguiente pregunta- ¿es usted de aquí?

Mordí la manzana nuevamente, altiva, como si no me hubiera sorprendido en absoluto y de alguna manera fuera más orgullosa que él-sí...bueno, no. Mis abuelos si. Yo he venido atraída por sus palabras-tragué-y por la brisa del mar-al menos podía refugiarme en las palabras, porque su mirada era desconcertante,tenía una sonrisilla mientras escichaba, y parecía analiazarme mientras me miraba fijamente a los ojos...me caía bien-estoy actualmente de vacaciones, y disfruto de la playa...-¿qué me pasaba?estaba acalorada!vamos, que una ya tenía edad para hablar con un hombre tranquilamente y...supongo que me sorprendió.-¿y usted?

-Yo sí, claro. Pero vivo fuera. Como usted estoy de vacaciones..fíjese, octubre, cuando todos trabajan tenemos vacaciones-reímos juntos-perdone, se me hace un poco incómodo-¡se acercaba a mí!¡Vaya, no me daba tiempo a levantarme, y si lo hacía sería peor...quizá ya me había visto el vestido, pero daba igual. Me enrrollé la toalla alrededor de mi impúdico cuerpo justo antes de que llegara y me tendiera la mano- Raúl López-me espetó-.Tuve que tirar la manzana (lo que miró sorprendidísimo) y le apreté fuertemente la mano-creo que demasiado, por los nervios y respondí-Ana Rojas, encantada-.

-El gusto es mío-replicó soriendo-.

-¿Quiere un algo?-tal vez así se convenciera de que no estaba nerviosa, ni nada, muchos homres se hacían los graciosos, y no quería que me viera como una boba petulante-.

-No, per gracias. Bonita tarde, ¿no?

-Sí.

-Si supiera pintar, la pintaría en un gran mural en mi casa...sin emargo debo conformame con escribir. ¿Le gusta pintar?

Fue increíble que hiciera eso, pero aún más que lo dijera. En mi profesión conocía gente que amaba el arte y le gustaba escribir y mostrar su arte, pero sabía que a la mayoría de la gente eso ni le va ni le viene...de todas formas, seguramente sería un escritor mediocre, pero ignoré eso...volunatariamente-pues la verdad es que sí, de hecho me dedico a ello...

-¿En serio?-pareció cogerle por sorpresa- ¿es usted artista?

-Bueno no, no me dedico a eso, quiero decir que sépintar, pero trabajo en una galería-me sosegué, pisando terreno que conocía-.

-Y...es genial. Me encanta el arte, pero como le acabo de decir, no es lo mío. Me defiendo con la música y las palabras, pero ahí. Debe de ser encantador trabajar allí, casi como usted misma lo es, ¿pero qué hace exactamente?

Lo había soltado así, sin más. Justo en medio de la frase, antes de la pregunta. Conocía muchas técnicas de los hombres, pero él lo había hecho cortésmente, a pesar de no ser una norma protocolario de conversación precisamente...pero no le daría cuartel, aunque debo reconocer que me gustaba cada vez más. Su mirada era tan profunda...penetraba.

-Gracias!Que adulador-¡sin embargo no se mostró abatido por mi contraataque-Me dedico a los envíos, y en ocasiones de las recepciones de los cuadros, aunque me tienen para todo, como obrera que soy-sonreí, relajada- muchas veces he tenido que mostrarlos, explicarlos o venderlos, hacer guías...

-Y ¿qué pintores tenéis?¿Es una galería privsad o...?

-Sí, ésta es privada, la paga un financiero de Murcia, pero es una franquicia. Tenemos  cuadros de Jose Manuel, de Durenwheim, de Ghilberto Manuel, Carlos Soto...

-Ya veo. Impresionistas ¿no?

Increíble. Además sabía el tío.

-Sí, la mayoría...-miré al horizonte-y usted ¿a qué se dedica?-realmente estaba muy interesada-.

-Bueno, soy músico. Tengo un vacío lo que queda de mes, y aunque sigo tocando, estoy "de vacaciones".

-Ah, qué interesante-¡qué exotico, un músico!-pero ¿toca en un grupo musical, en una orquesta?

-Bueno-respondió dando la espalda al mar- he hecho colaboraciones con grupos metal, pero soy primer violin en la Filarmónica.

-Impresionante. ¡Era usted! Tengo algunas grabaciones, me encanta Wagner. Así que ese violín era usted!

-Bueno, posiblemente si se refiere a un violin solista si está grabado desde el 2010...

-Parece que somos dos artistas!-de nuevo reimos juntos-¿dice entonces que le gusta escribir?-le comenté sentadome junto a él.

CONTINUARÁ... ... ... ... 

1 comentario

erogal -

Olé ese peazo de escritor, con ese peazo de blog,
sigue así, toy orgullosa de tiiiiiiiiiiiiii