Blogia
ESCRITOR EN LAS MONTAÑAS

Críticas de Cine

FANTASÍA O REALIDAD

Con tu permiso, Beth… 

Fantasía. La fantasía. Por toda la web, se encuentran estos temas, Internet está plagado de estas historias, historias que nos transportan a otros mundos donde los sueños, como alguien dijo, se hacen realidad. Para mí toda fantasía es lo creado de donde no hay nada, la historia que cuenta alguien. (La fantasía épica es otra cosa)

Hace algunos años leí un libro titulado “Finis Mundi”, de Laura GallegoGarcía, en mi opinión muy bueno y cómodo de leer, los personajes quedan muy bien remarcados, y la trama te va corroyendo mientras no sabes qué ocurrirá. Bien, Laura G. García, en su edición “El Barco de Vapor” escribe algo que me fascinó cuando lo leí, hablando de la sana fantasía, y cuyas palabras transcribo, ya que aunque tengo algo de labia a mi favor, sería imposible hacerlo como ella. Con esto quiero mostrar algo que ella explica a la perfección, las aspiraciones de todos aquellos que escribimos o leemos:

 Todos tenemos en alguna parte un desván repleto de cosas increíbles que hemos acumulado allí desde niños: amigos imaginarios, anillos mágicos, simpáticos robots, escobas de bruja, naves espaciales, barcos pirata, caballos voladores, fieros dragones, animales que hablan, y por supuesto una amplia gama de duendes, gnomos, elfos y trasgos que poblaban nuestros sueños cuando no levantábamos mucho más de un metro del suelo.Luego creces, claro y alguien tiene que aguarte la fiesta y decirte que todo aquello que imaginas no existe, no es real; en muchos casos, los futuros adultos echan la llave al desván y le dan la espalda, dispuestos a “eso de ser mayor”, convencidísimos de que lo primero que han de hacer es dejar de soñar.Pues yo no me resigné ¡Ea! A mí no me servía el latiguillo de “no existe”-Ya que yo lo veía, y para mí era suficiente- y por eso en ningún momento me resigné imaginar. Pertenezco, por tanto a esa raza de rebeldes que tienen el desván como cuartel general, y la fantasía por bandera, pero yo fui incluso un poco más lejos cuando se me ocurrió la idea de compartir mi mundo con los demás. Las primeras experiencias no fueron muy afortunadas, y pronto aprendí que, la gente aprecia más las historias si las ve escritas; así que empecé la mudanza y por eso me he dedicado desde muy pequeña a trasladar historias recién salidas del desván a papeles que pretendían ser libros, y que tenían por objetivo aumentar la manía de imaginar en los más pequeños, y despertar en los más grandes la morriña por un mundo mágico probablemente ya olvidado.(…) “¡Vuelve al desván!”

Esto era exactamente lo que quería transmitir. A veces la gente piensa que por ser mayor, la fantasía y los cuentos son para niños, y se olvidan de lo que significan o lo que significaron.

En la excelente película “El País de Nunca Jamás”, como actor principal Johnny Deep, se muestra lo que, al menos para mí significa todo eso. En la película se mostraba lo que para James Matthew Barrie, el autor de Peter Pan, significaba El País de Nunca Jamás, aquel lugar al cual podía mudarse, salta por la ventana o abrir la puerta del armario (Las Crónicas de Narnia), -elementos que nos muestran la evasión, la imaginación, en uno, la ventana, en otro el interior de un armario- y adentrarse en él: evadirse, a la usanza de los poetas Modernistas, que al fin y al cabo eran lo que  hacían, Bécquer, Darío, elementos como los que aparecían en sus obras son también los que se muestran en los cuentos, hay que reconocerlo, las ruinas, las batallas, el caballo, la espada, la naturaleza, el honor, la victoria, el amado, la amada…y por supuesto un enemigo…

Lo que si está claro es que la  Edad Media juega un gran papel en gran parte de los argumentos de películas sobre todo, libros, etc; Lo que nos llevará a la incógnita de: ¿qué tiene la Edad Media que nos apasiona tanto?

Realmente, la Edad Media fue una época devastadora, cruel y horrible para nuestras mentes del siglo XXI, la muerte estaba presente en todas partes, las vidas se segaban por doquier importando poco el porqué, tan sólo ser un noble y el otro un plebeyo bastaba para darle muerte, por ser de una condición social inferior, los reinos luchaban entre sí, se daban batallas milenarias…sin embargo nos gusta.

Y creo, sinceramente que se debe a algo que ellos aún tenían, y a nosotros con su regularización es difícil de resaltar, como tantas otras cosas en este siglo, ideales.

Los ideales estaban a flor de piel, el guerrero luchaba por lo que creía, daba importancia a lo que la tenía, ya fueran grandes empresas o cosas nimias, el caballo la espada, realmente eran también muy simbólicos, quizás también llevados por la Iglesia; y aunque esta sea muy posiblemente una visión muy edulcorada de la realidad, lo cierto es que hubo grandes héroes (aunque se forjaran con la muerte ajena), lo que dio pie a los contares de gesta y otros, y posteriormente a las novelas de caballerías, tan exitosas en su época y género que fue llevado por Cervantes a su máximo esplendor. Después de todo, los gustos no han cambiado mucho desde entonces a lo que el género épico se refiere.

Es, en definitiva algo que apasiona y emociona a la gente, la capacidad de viajar por otros mundos, el pasear por ellos, que es realmente lo que pretenden todos los escritores: “Créete mi historia” o al menos “Disfruta leyéndola”. Sin embargo, y como comentaré llegado el momento, considero que la fantasía va mucho más allá de un simple disfrute de los sentidos, sino algo que nos hace humanos y es el catalizador del arte y la vida…

Así, creo no ser el único que la Tierra Media representa su “País de Nunca Jamás”, que ocupa un lugar en el desván de los sueños…